lunes, 24 de enero de 2011

Son tus ojos.

O quizás sea tu pecho cálido, tu leve respiración. Cuando apoyo la cabeza sobre tu pecho, y escucho tus latidos a la perfección, intento aminorar el paso rápido del mio. Intento tranquilizarme, pero la respiración se me agita, como queriendo desvelarte un secreto del que yo me avergüenzo.



Eres mi paz cuando reina el silencio. El simple hecho de que permanezcas a mi lado me da la total seguridad de que todo está bien, de que esos fantasmas que me oprimen la garganta cuando tu no estás no son más que invenciones del tiempo que perdimos pensando en el que dirán.

sábado, 22 de enero de 2011

Presente, pasado, futuro.




Quizás pasen los meses y me de cuenta de que no debería quedarme aquí, de que mis años de buena suerte ya han pasado.

A veces se piensa que hacer algo es lo mejor; pocas personas hacen las cosas con buena intención. Contra más bueno se es, las cosas salen peor. Y esto es ley de vida, ley de todos.

Yo me seguiré quedando con el hecho de que alguna vez viniste a verme expresamente a mí. Porque me querías (o te interesaba)o porque te importaba. Y de ti guardaré esos recuerdos de tardes enteras comiendo porquerías, viendo películas y otras tonterías que nos entretuviesen, que me lo contabas todo y yo callaba como quien escucha en misa.


Y yo seguiré aquí. Esperando. Hasta que me salgan las alas por inercia y tenga que irme, quiera o quiera.

martes, 18 de enero de 2011

Somos como aquellas personas a las que odiamos: contradicciones

¿No sientes que el paso del tiempo es demasiado rápido cuando caminas a paso lento, a ritmo pausado, por esas playas que tanto nos trajeron un día sus olas?

Son brisas, sueños quizás. Hecho de menos ,tal vez, el peso de tu mano sobre la mía. Y serán cosas tan simples, tan "sin quererlas", que todo se nos echó encima. Hubo quizás demasiado tiempo, demasiadas pausas, un demasiado quizás. ¿Sería la duda, tal vez?

Los cobardes no quieren pensar y temen la almohada de sus noches. Y yo que quiero enfrentarme hoy a las propias letras, a mi propia razón. ¿Hago bien siguiendo el rumbo del corazón? Y lo que daría por no encontrar en la miel de otros recuerdos de tus besos... lo que daría por no besar y pensar que, al abrir los ojos, me encontraré con esa mirada tan profunda, con esos ojos tan negros de indiferencia perdida que me invaden... esos ojos que hacen que no sea yo.








Somos aires. Tramas entrelazadas inacabadas. Pinceles con pintura seca, olvidados. ¿Hasta cuanto aguantará, hasta cuanto te podré esperar?

miércoles, 12 de enero de 2011

¿No hay vuelta atrás?

No se si alguna vez te lo dije. Me pone nervioso tu andar, lento y ruidoso cuando estás triste y, alocado, mermado y silencioso cuando te inunda la alegría. No se si te dije alguna vez que me parte el corazón verte llegar, oir la llave girando en tu puerta y saber que esa lentitud no es buena señal. El sonido de tus tacones ruidosos en las losas del salón. Se que te ha ido mal, no me quieres mirar a los ojos, pero noto como una leve sombra de preoupación asoma en ellos. Ganas de gritar, de saltar, de decirle a tu pequeño mundo que ya está bien, que ya te has hecho demasiado daño, que tu corazón no puede más.

Apenas oigo como te quitas lentamente las medias con carrerillas en tu habitacion, como dejas caer suave la falda que te pusiste con la más dulce intención. No te estoy viendo, pero se que ahora mismo estas a tres metros, detrás de una pared insalvable, quizás con un nudo tan grande en la garganta que ni te permite llorar. Quizás, hecha un ovillo en la cama, ahora mismo te estás comiendo las ganas de decirle al mundo que pare, que todo es una locura, que deje de jugar contigo, ¡que ya está bien!. Y yo aquí, a tres metros de ti, tras la pared, sabiendo que en ese mundo tuyo hay mucho más de lo que me dejas ver. No dejarás abrir ese pomo, no me dejarás. Hoy, cuando te he visto entrar por la puerta, cuando has dejado caer el bolso sobre la mesa, he sabido que la vida te ha podido un poco más hoy. Pido que no dejes de desear, que no dejes de querer seguir suspirando.

El nudo se va haciendo más y más grande. Ahora quizás hayas cerrado los ojos por un momento y hayas querido ver las cosas de otro modo. ¿Y sabes qué? Yo haría que el mundo parase por un momento. Estrellaría el brillo cansado de tus ojos contra los míos. Yo haría que el maquillaje pareciera cosa de otro día y sobre todo, te quitaría las medias tan lentamente que ni las carrerillas que apareciesen en ellas te ganarían en la batalla. Te quiero cerrar los ojos, taparte la boca de una vez y que sepas, que sepas... que nada está perdido.






Que nada está perdido mientras sigas viviendo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Un poco más...


...de eso. De aquello. Un poco más de lo que guardas con recelo. Ya sabes, lento, muy lento... y dulce. Que casi te abraza, rodea todo lo que eres y te sientes protegido, inmune a todo. Sonrisas, caricias, sin ataduras.

Cerrar los ojos. Si, como eso que se suele decir... ojos que no ven, corazón que no siente. Si te beso, con los ojos cerrados, puede que ya no esté tan mal. Si me dejo llevar, si dejo que pasen las estaciones a tu lado, que el tiempo se quede y con él, el mundo. No hablas de amor eterno, no hablo de amor libre.








Hablo del refugio de unos versos, de un instante. Recójelo, guárdame y bésame. No siento nada, tú tampoco deberías. Si dejas que pase el tiempo, tal vez estas noches vacías sirvan para curar los vacíos del corazón que no deseo llenar ni de ti... ni de mi.

domingo, 2 de enero de 2011

Dime como hacerlo.



Porque ya no se como seguir.